Con todo mi respeto a los que se ganan el pan en las ferias, en el debate del estado de la Nación, el Sr. Zapatero se comportó como un charlatán de feria.
Frente a la situación económica actual, nuestro inefable presidente sale a la palestra ofreciendo ordenadores portátiles a los niños, pizarras digitales, descuentos de 2.000.- €. al comprar coche nuevo (De los que obligaría a las comunidades autónomas a acoquinar 500.-€ y al vendedor otros 1.000.-€)...y por lo demás, parches y mas parches. Soluciones de perogrullo, nimiedades estériles.
El caso es que ZP no es tonto. Es un animal publicitario de primer orden. Conoce a la perfección a su electorado y sabe darle alfalfa. Verborrea de feriante.
Por otro lado tenemos a D. Mariano, incapaz donde los haya, que ha demostrado una vez mas no estar a la altura de las circunstancias. No actuó como hombre de Estado. En su cabeza no parece pasarse la idea de España, tan solo elecciones, Moncloa, partido y electorado. Es el feriante de enfrente.
ZP golpea fuerte a Rajoy con lo de "Usted es campeón en perder elecciones". Yo le hubiera respondido "..Y usted en hacer parados.". Pero eso es demasiado pedir para un mediocre como el lider del PP.
Con el panorama que tenemos, un POLÍTICO que se precie, tenía que haber subido a la tribuna, no para dirigirse a la cámara, si no al pueblo en unos términos como:
-"Españoles, ..."
(No. No vale, suena a...)
- "Ciudadanos,..."
(Tampoco. Suena a pizza "casera" Tarradellas)
- "Habitantes de este Estado. Ante la situación de emergencia nacional, dispongo que nos dejemos todos de gilipolleces y la única solución pasa por concienciarnos de que ESTO se ha acabado.
ESTO es un barco que si quiere seguir navegando y no hundirse, tiene que soltar lastre. El aparato burocrático del estado de las autonomías es un lastre sencillamente insostenible".
El estado de bienestar alcanzado en la segunda mitad del siglo XX en toda Europa, ha sido posible gracias a una receta mágica llamada TRABAJO.
Tanto en España como en el resto de Europa, las condiciones de vida en los años 40 y 50 eran muy distintas a las que gozamos hoy en día (la mayoría), y de pasar hambre y penuria generalizada, en una sola generación nos plantamos en los años 80 y 90 cuando en las carreteras abundan los coches de alta gama. Se ha cambiado de teléfono móvil como de calzoncillos.Han cundido los créditos para vacaciones en Punta Cana. Derroche de alimentos. Tenemos a la chiquillería suponiendo que tiene el futuro resuelto y perdiendo el tiempo y la salud en botellones y pastilléos. Pasamos del pisito al chalé, que farda mogollón y a tener una colección de "pelucos guapos".
En las habitaciones de nuestros hijos pequeños no se puede entrar, atestados de juguetes que ya no caben en armario alguno. Las alacenas repletas de todo tipo de galletas, bollitos, mermeladas de cuatro sabores distintos, cereales de ocho clases.
Ya tenemos como normal y asumido cualquier comodidad de los hogares. Parece que tiene que ser NATURAL que tengamos agua corriente en casa. Agua de calidad, que si gira para un lado, agua fresca, que si giras para el otro lado, caliente al instante. Mientras que no nos damos cuenta que eso tan NATURAL, sería un milagro para nuestros abuelos y para tres cuartas partes de la población mundial actual.
Llegamos a casa y abrimos la nevera y nos tomamos una Coca-Cola con toda NATURALIDAD, y a lo mejor ni nos la terminamos y tiramos la mitad, cuando para los que nos precedieron hace una o dos generaciones sería un sueño tener una nevera con cerveza, refrescos de tres o cuatro tipos...
La sociedad occidental a entrado en la dinámica del consumismo y cualquier pelagatos lleva una vida de ricos. Pero vivir como los ricos es muy caro y parece que siempre se ha de vivir así, pero además sin ESFUERZO.
¡Qué distinta mentalidad la de los jóvenes de los años cuarenta a la de los de hoy! Se aspira a ser mantenido por los padres hasta hacer dos carreras, cuatro Master y con treinta añazos a colocarse en una multinacional a ganar 3.000.-€ al mes.
En otros tiempos existía la figura del APRENDIZ donde en un taller, en una oficina, o en un comercio se pasaban, desde joven, por todas las teclas de un oficio, de tal modo que tras unos años de escuela real se adquiría la pericia del maestro.
(Esto está bien reflejado en la deliciosa ópera de Wagner, "Los maestros cantores de Nuremberg")
Pues lo dicho, mas pronto que tarde, ESTO se ha de acabar. Hemos de concienciarnos de ello. Esto no significa necesariamente volver a las calamidades y las escaseces pretéritas, pero sí se requiere tomar medida de las cosas, aprender a VALORARLAS en su justa medida, y descubrir que 50 caballos mas en el motor del coche, no nos va a hacer mas FELICES.
La felicidad bien puede encontrarse en EL TRABAJO (Visión escrivariana de la vida), en la salud propia y de la prole, en la seguridad que ofrece gozar de un sistema sanitario como el heredado en España del antiguo régimen (Con perdón, pero es así), en el amor a la VIDA viendo en ella algo a respetar desde que ésta empieza en el seno materno, hasta que se apaga de una forma natural, ofreciendo las atenciones necesarias para evitar el dolor físico innecesario...
La crisis actual es la peor que nos pudo haber tocado vivir, porque la crisis económica que padecemos no es mas que la consecuencia de la CRISIS DE VALORES en la que se ha sumido la civilización occidental.
ZP, Rajoy y demás politicastros no tienen mas luces que ver solo la crisis económica y hablan y hablan hasta el hartazgo poniendo sobre la mesa SUS soluciones economicistas, materialistas...Marxistas en definitiva. Cautivan a la masa cuan charlatanes de feria cuando lo que necesitamos es un hombre (O mujer. "Cuidao" con las feministas) que despierte conciencias y nos indique OTRO CAMINO, porque ESTE, el impuesto por la masonería, el sionismo y el gran capital no es el correcto.
Paso de muñecas chochonas, pasaré un mejor rato hablando con mi mujer y mis hijos. Eso me hará mas feliz que no los regalos del feriante ZP o el trilero de Mariano.
Magistral
ResponderEliminarUn gran aplauso.
ResponderEliminarmagnifico articulo.
Que bueno. Así llama mi marido a las ministras que tenemos y alguna más: las muñecas chochonas...
ResponderEliminarVeo que no es el único con ingenio
Saludos