SE ACABÓ

Somos unos pocos, muy pocos los que andamos preocupados por lo que le está pasando a España y a Occidente entero. Pocos los preocupados y menos aun los ocupados. La crisis ECONÓMICA esta llevando a la indigencia a miles y miles de familias.
Todo es culpa de EL SISTEMA. Este sistema surgido tras la segunda guerra mundial es el que, en los años sesenta, observábamos desde esta parte de los Pirineos como un niño un escaparate de dulces. La prosperidad económica que disfrutaban los alemanes, belgas, franceses... era, en los años sesenta, objetivamente superior a la que teníamos en España. Objetivamente hay que decir que esa diferencia se hacía cada dia más pequeña. Un buen día va y se muere Franco y nos apresuramos todos a ser europeos. Pensábamos que en una o dos décadas nos equipararíamos a los envidiados "guiris".
Mientras tuve contacto con algún giliprogre, no he dejado de escuchar las bondades de las que se disfruta en Europa:
"Es que en Alemania tienen unas ayudas por hijo...". "Es que en Holanda las ayudas a la vivienda...". "Es que en Austria el Estado te subvenciona...". "Es que en Francia los sueldos son la leche...". "Es que en dinamarca la baja maternal es de no sé cuantos meses..."
Pues mira por donde que hasta aquí hemos llegado y la Merkel ya está dando la orden de contra-marcha, y lo que vendrá.
Y es que ultimamente se nos ha olvidado que la economía es TRABAJO Y PRODUCCIÓN.

La riqueza, la prosperidad y el bienestar se consiguen con TRABAJO. El puterío implantado ha hecho riqueza de la ESPECULACIÓN de ahí que cuando el garito se les ha venido abajo, no hacen más que retirarse de la partida, embolsarse los beneficios y encima se dedican a pauperizar a la clase trabajadora.

Ratifico lo que he leído en EL HERALDO.HN (Periódico digital hondureño):

"Los Estados han acudido al rescate de los bancos responsables de la crisis. Los han financiado con los impuestos de todos sin, por cierto, exigirles garantías serias ni tampoco unas cuentas en buen estado."

Se acabó el cuento de la lechera. La capacidad laboral de Oriente nos aplastará como a una cucaracha. Solo encuentro una salida. Ni cambio de gobierno, ni cambio de régimen. Necesitamos escapar del sistema, mentalizarnos para una regeneración de las conciencias donde el trabajo y el trabajador estén por encima del capital.

No sé si esto es una visión del trabajo como la que tiene el Opus Dei, que entiende que se puede llegar a la santidad a traves del trabajo, sea el que fuere, o una visión falangista del Estado sindical.