viernes, 26 de noviembre de 2010

SOBRE EL PSOE, SU PASADO Y SU FUTURO.




El mentiroso miente para ocultar algo negativo de su vida, de su personalidad... Posteriormente pasa a creerse sus propias mentiras, encuentra muletillas para que, repitiéndolas una y mil veces, cale entre los embaucados. Quien se deja embaucar no tiende a rascar bajo las palabras del mentiroso, no indaga, no sospecha que es víctima de un engaño. Se deja engañar.


Eso es lo que pasa con la izquierda en España. Que miente . Y lo hace para ocultar su pasado.


ZP no tenía razón alguna para retrotraernos a los tiempos de la II república o la guerra civil. No había, no hay motivos para que en el año 2010 estemos pendientes de lo que pasó en los años 30 o de lo que se les antoje hacer con el Valle de los Caídos.


Ya que han abierto el melón, veamos si es cierta esa supuesta legitimidad que le confieren a la II república.




La caída de Primo de Rivera se produjo en enero de 1930, cuando el dictador le presentó al rey su dimisión, que éste aceptó de inmediato.



Alfonso XIII nombró al general Berenguer jefe del Gobierno. Dámaso Berenguer era en 1918 el encargado militar del protectorado de Marruecos, que tras unos primeros éxitos, acabó un tanto desprestigiado tras el desastre de Annual en 1921.



Encomendado, como jefe de Gobierno de convocar elecciones que dieran salida a la inestabilidad de un gobierno provisional nombrado por el rey, estuvo al frente durante un año sin lograr el propósito encomendado. Es por ello que cede la jefatura del gobierno al Almirante Aznar, otro militar "africano".



La efervescencia de los movimientos republicanos venía creciendo de años atrás. En el gobierno de Aznar había dos corrientes monárquicas diferenciadas. Una la monárquica ortodoxa que no hubiera dudado en defender la monarquía aun a costa de sangre. La otra era más proclive al pacto con los republicanos.



Los republicanos, a la dimisión de Primo de Rivera, vieron el campo expedito para sus propósitos de implantación de un nuevo régimen, de la república. Para ello se reunieron en en agosto de 1930 en San Sebastián los representantes de todas las corrientes republicanas, desde la derecha liberal de Alcalá Zamora, hasta los nacionalistas catalanes que pronto exigieron la más amplia autonomía a Cataluña desde el mismo momento en que se proclamara la República.



Los reunidos acordaron crear un movimiento revolucionario contando con socialistas y anarquistas y para gestionarlo constituyeron una Junta o Comité Revolucionario.



El Pacto tuvo continuidad en Madrid, con sesiones casi diarias en el domicilio de Maura y en octubre acordaron transformarse en Gobierno Provisional que dispuso un pronunciamiento militar para el mes de diciembre de 1930. En septiembre, tres miembros del Comité Militar, entre ellos Ramón Franco, viajan a Barcelona para reunirse con elementos de la UGT y la CNT. Tras la reunión en Barcelona, se dirigen a Oviedo para gestionar la compra de armas.



Efectivamente, los planes golpistas del comité revolucionario republicano en el que estaba implicado el PSOE, se materializaron entre el 11 y el 15 de diciembre de 1930 cuando se produjo el Golpe de Estado fallido de los republicanos. Se rebela la guarnición de Jaca para imponer la república, produciendo algunos muertos, entre ellos el gobernador militar de Huesca, general Lasheras.
La sublevación republicana del aeródromo de Cuatro Vientos acordó que el aviador Ramón Franco se encargaría de bombardear el Palacio Real, con la familia real dentro. Al final no se lleva a cabo el bombardeo.



Sofocado el golpe, el Almirante Aznar, presidente de gobierno desde febrero de 1931, planeo el siguiente calendario para la transición de la monarquía a un sistema de partidos:



12 de abril, elecciones municipales.



3 de mayo, elecciones provinciales.



7 de mayo, elecciones de diputados.



14 de mayo, de senadores.



Todos sabemos que nadie esperó al procedimiento LEGAL para el cambio de régimen. Bastaron las elecciones municipales para que salieran los agitadores a las calles e instaurar un régimen propicio para la implantación de una dictadura comunista, como así ocurrió.



Para demostrar las auténticas intenciones de los rojos, no hay más que ver su comportamiento golpista contra el mismo régimen republicano cuando en los comicios de noviembre de 1933 vence la derecha de la CEDA.



Para la historia oficial impuesta, el 18 de julio de 1936 fue un golpe fracasado que degeneró en guerra civil. Los rebeldes fueron los vencedores de la contienda, y tuvimos dictadura fascista hasta 1975.



Pero a lo del 34 le llaman revolución. La república vino a ser un régimen que ya no les valía, pues no les aseguraba el poder, y fracasado el golpe del 34, la izquierda más radical, encabezada por el PSOE de Largo Caballero preparó el asalto al poder, ya no el legítimo que le otorgaron las urnas, si no el que consiguieran por las armas.



El 18 de julio no representó ninguna sorpresa para el gobierno. Ni para el pueblo. Era algo esperado, provocado, inevitable, que se mascaba en el ambiente. El 18 de julio de 1936 era el momento deseado por el PSOE para su revolución armada, ya que tenían la certeza de salir airosos del conflicto bélico.



Hoy, setenta y tantos años después, todavía hay en Moncloa quien tiene ensoñaciones Caballerescas. Tanto es así que quiere acostumbrarnos al uso de la fuerza alegando el bien común, que ha militarizado el espacio aéreo español a cuenta del conflicto de los controladores. Ha establecido el estado de alarma en España como ensayo de Dios sabe qué.



Dicen que las encuestas dejan al PSOE detrás del PP para las próximas elecciones generales. Para que hubiera un cambio de partido en el gobierno sería necesario una victoria absoluta del PP. De no ser así, el PSOE pactará con todas las fuerzas separatistas y será entonces cuando ya sí que oiremos campanas a Réquiem por España.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Rafa España YA NO publicará todos los comentarios.
Así que ten cuidado con lo que escribes, me reservo el derecho a dejarlo expuesto para escarnio.