23-F. Aniversario de uno de los episodios más tristes de la historia reciente de España. Una fecha en la que una cuadrilla de sabandijas sin escrúpulos decidieron actuar con alevosía. ¡Cuantos españoles no pegaron ojo aquella noche de 23-F!.
¡Qué sobresalto!. En estado de shock, atónitos y presos del miedo por lo que acababan de ver y oír en televisión. Con los corazones encogidos esperaban miles y miles de españoles cómo se resolvería todo aquello a la mañana siguiente.
Recuerdo que mi padre, con la serenidad que le ha caracterizado siempre, al ver "aquello" por la tele, se reclinó en el respaldo de la silla, cogió aire profundamente, espiró... y dijo con resignación:
¡Qué se le va a hacer!. Creo que lo hemos perdido todo. ¡Tanto trabajo para que estos hijos de puta....!
No daba crédito. Una panda de indeseables daban al traste, de un plumazo, con sus aspiraciones de futuro. Y las de muchos españoles.
Los cabecillas, los cobardes responsables de aquel golpe no han pisado, a día de hoy, la cárcel.
Fueron muchísimos los afectados y muchos se apresuraron a la mañana siguiente para saber qué podía pasar con las cuatro pesetas que tenían en el banco.
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Así que ten cuidado con lo que escribes, me reservo el derecho a dejarlo expuesto para escarnio.