"Cuando un militar se rinde, deja de ser soldado". Y si se atrevió a asaltar el congreso de los diputados - en el plan chapuza que lo hizo - teniendo en cuenta que era Teniente Coronel (2º grado en la nomenclatura JEFE DE EJERCITO), su etica era salir con los pies pa alante, no rendirse como un vulgar reclutilla. Ningún militar de honor se rinde, por muy cercado que esté. Y ya no quiero hablar de ideología politica. Pero me viene a la memoria San Antonio del Alamo, cuando el coronel Travis rechazó la oferta de rendición hecha por el General Santa Ana, con un disparo de cañon y ciento ochenta y cinco hombres resistieron a cinco mil durante trece dias. ¿Y que me dice del sitio heroico del Alcazar de Toledo?.
Todas las historias militares de todos los paises estan llenas de paginas ejemplares de honor, de valentía y de hombría.
No hay profesión mas sagrada en el mundo que la MILITAR.
Pero vamos, considerar al Sr. Tejero: honor, valor y dignidad ¡ vamos hombre! Ni borracho me lo concedo.
Desde luego que sí, este tenía más honor, valor y dignidad que Suárez, Gutiérrez Mellado y todos los diputados juntos.
ResponderEliminar"Cuando un militar se rinde, deja de ser soldado". Y si se atrevió a asaltar el congreso de los diputados - en el plan chapuza que lo hizo - teniendo en cuenta que era Teniente Coronel (2º grado en la nomenclatura JEFE DE EJERCITO), su etica era salir con los pies pa alante, no rendirse como un vulgar reclutilla. Ningún militar de honor se rinde, por muy cercado que esté.
ResponderEliminarY ya no quiero hablar de ideología politica. Pero me viene a la memoria San Antonio del Alamo, cuando el coronel Travis rechazó la oferta de rendición hecha por el General Santa Ana, con un disparo de cañon y ciento ochenta y cinco hombres resistieron a cinco mil durante trece dias.
¿Y que me dice del sitio heroico del Alcazar de Toledo?.
Todas las historias militares de todos los paises estan llenas de paginas ejemplares de honor, de valentía y de hombría.
No hay profesión mas sagrada en el mundo que la MILITAR.
Pero vamos, considerar al Sr. Tejero: honor, valor y dignidad ¡ vamos hombre! Ni borracho me lo concedo.