Tenía estrecha relación personal con una persona, a la cual tenía como amigo, pues hemos pasado mil peripecias desde que eramos chiquillos.
Este mozo que alguna vez me acompañó a algún 20-N allá por los 80, ingresó en la Academia General Básica de Suboficiales. Ignoro todavía si con vocación o sin ella, pero en su época de cadete no paraba de hablarme de las aventuras durante su estancia en la Academia. Las marchas, los barrigazos, maniobras...
Hemos hecho nuestras vidas, nos hemos casado - Entiendase, él con su mujer y yo con la mía -, hemos tenido hijos, nos han salido canas juntos (sobre todo a mí)...
Allá cuando teníamos unos veinte años, recuerdo de su orgullo al asistir a bodas de sus compañeros y hacerles el pase de sables. Era, por aquella entonces, un militar.
Pero degenerando, degenerando... el que fuera cadete, se nos ha hecho rojete, el muy mamón. No eran pocas las veces que hemos discutido de política, y por esa razón cada vez se me hacía mas incómodo ir a su casa o invitarle a la mía.
Dejó de ser militar. No quiero decir que se saliera del ejército. Se convirtió en un funcionario que va de verde.
Tanto es así que aunque sus destinos no han sido operativos (creo que se dice así), sino mas bien de oficina y burocráticos, cuando tenía unos 35 años quería pedir la jubilación alegando una lesión de rodilla. Pura mentalidad de rojo mamón. Mamón del Estado. Mamón de todos nosotros, pero ya tocándose el bolo en su casa. Puro espíritu de rojo chupóptero.
Gran berrinche al recibir la respuesta del tribunal médico considerándole apto para servicio.
Casi a cada encuentro, acontecía una discusión de política, pero siempre volvíamos a quedar.
Su degeneración ha sido lenta y paulatina, pero se ha precipitado desde el advenimiento del fenómeno ZP.
Recuerdo que hará unos seis años, recibió con ilusión y alborozo que yo le obsequiara con agua bautismal bendecida del rio Jordán, para bautizar a su hijo. Hoy es el día que se opone en redondo a que su hijo haga la primera comunión. Estoy de acuerdo en la coherencia de no darle la primera comunión a su hijo, si no es creyente pero es notorio que el cambio de su comportamiento respecto a "lo de la Iglesia" es consecuencia del agente contaminante de la cutre-progresía dominante.
La última vez que nos vimos fue en su casa después de su viaje a Italia. Pregunté qué le había parecido Roma y Vaticano, y su respuesta fue, echándose las manos a la cabeza, algo parecido a:
- ¡Qué hijos de puta! ¡Qué hijos de puta!
Yo no sabía a lo que hacía referencia. Le pedí explicaciones.
- ¡Qué hijos de puta los curas, la Iglesia! ¡Los tesoros que tienen ahí metidos! Mientras que tienen al tercer mundo muriéndose de hambre, es un insulto que tengan las riquezas que tienen los curas. Bla, bla, bla...
No pude menos que decirle que se expresara en otros términos teniendo en cuenta mi presencia, ya que sabe de mis motivaciones religiosas. Ante lo cual respondió con improperios mas hirientes todavía.
Este mozo que alguna vez me acompañó a algún 20-N allá por los 80, ingresó en la Academia General Básica de Suboficiales. Ignoro todavía si con vocación o sin ella, pero en su época de cadete no paraba de hablarme de las aventuras durante su estancia en la Academia. Las marchas, los barrigazos, maniobras...
Hemos hecho nuestras vidas, nos hemos casado - Entiendase, él con su mujer y yo con la mía -, hemos tenido hijos, nos han salido canas juntos (sobre todo a mí)...
Allá cuando teníamos unos veinte años, recuerdo de su orgullo al asistir a bodas de sus compañeros y hacerles el pase de sables. Era, por aquella entonces, un militar.
Pero degenerando, degenerando... el que fuera cadete, se nos ha hecho rojete, el muy mamón. No eran pocas las veces que hemos discutido de política, y por esa razón cada vez se me hacía mas incómodo ir a su casa o invitarle a la mía.
Dejó de ser militar. No quiero decir que se saliera del ejército. Se convirtió en un funcionario que va de verde.
Tanto es así que aunque sus destinos no han sido operativos (creo que se dice así), sino mas bien de oficina y burocráticos, cuando tenía unos 35 años quería pedir la jubilación alegando una lesión de rodilla. Pura mentalidad de rojo mamón. Mamón del Estado. Mamón de todos nosotros, pero ya tocándose el bolo en su casa. Puro espíritu de rojo chupóptero.
Gran berrinche al recibir la respuesta del tribunal médico considerándole apto para servicio.
Casi a cada encuentro, acontecía una discusión de política, pero siempre volvíamos a quedar.
Su degeneración ha sido lenta y paulatina, pero se ha precipitado desde el advenimiento del fenómeno ZP.
Recuerdo que hará unos seis años, recibió con ilusión y alborozo que yo le obsequiara con agua bautismal bendecida del rio Jordán, para bautizar a su hijo. Hoy es el día que se opone en redondo a que su hijo haga la primera comunión. Estoy de acuerdo en la coherencia de no darle la primera comunión a su hijo, si no es creyente pero es notorio que el cambio de su comportamiento respecto a "lo de la Iglesia" es consecuencia del agente contaminante de la cutre-progresía dominante.
La última vez que nos vimos fue en su casa después de su viaje a Italia. Pregunté qué le había parecido Roma y Vaticano, y su respuesta fue, echándose las manos a la cabeza, algo parecido a:
- ¡Qué hijos de puta! ¡Qué hijos de puta!
Yo no sabía a lo que hacía referencia. Le pedí explicaciones.
- ¡Qué hijos de puta los curas, la Iglesia! ¡Los tesoros que tienen ahí metidos! Mientras que tienen al tercer mundo muriéndose de hambre, es un insulto que tengan las riquezas que tienen los curas. Bla, bla, bla...
No pude menos que decirle que se expresara en otros términos teniendo en cuenta mi presencia, ya que sabe de mis motivaciones religiosas. Ante lo cual respondió con improperios mas hirientes todavía.
Le advertí que posturas como las que estaba tomando, fueron las que provocaron las quemas de Iglesias y Conventos durante su idolatrada e idealizada II república.
Aquello siguió sin que, por mucho que me molestara, interviniera yo a sabiendas de cómo podría terminar.
A última hora de aquella mi última visita a su casa salió la conversación de la sanidad en España. Su "slogan" es que La Espe se esta cargando la sanidad pública en Madrid, que la está privatizando. Le pregunté de cual sería su ideal de sistema sanitario. Respondió:
- Pública 100 %, gratuita y universal.
- Es decir, ¿La de Franco?.
- No, la que puso en España Felipe Gonzalez.
¡Ole sus cojones! Un tío que se le supone con una cierta cultura me asevera que la Seguridad Social en su parcela de la sanidad es un invento de Felipe Gonzalez.
Con posturas tan radicalizadas es estéril bregar y tan ofendido me sentí aquella tarde al escuchar de su boca las barbaridades mas hirientes contra la FE que profeso, que hará mas de ocho meses que no quiero saber ya mas de ese funcionario rascabolas de verde.
Aquello siguió sin que, por mucho que me molestara, interviniera yo a sabiendas de cómo podría terminar.
A última hora de aquella mi última visita a su casa salió la conversación de la sanidad en España. Su "slogan" es que La Espe se esta cargando la sanidad pública en Madrid, que la está privatizando. Le pregunté de cual sería su ideal de sistema sanitario. Respondió:
- Pública 100 %, gratuita y universal.
- Es decir, ¿La de Franco?.
- No, la que puso en España Felipe Gonzalez.
¡Ole sus cojones! Un tío que se le supone con una cierta cultura me asevera que la Seguridad Social en su parcela de la sanidad es un invento de Felipe Gonzalez.
Con posturas tan radicalizadas es estéril bregar y tan ofendido me sentí aquella tarde al escuchar de su boca las barbaridades mas hirientes contra la FE que profeso, que hará mas de ocho meses que no quiero saber ya mas de ese funcionario rascabolas de verde.
Solo me han dado ganas de recordarle lo de la quema de Iglesias después de lo acontecido este fin de semana en una parroquia de Majadahonda, y de lo cerca que estamos de repetirse la historia.
Sospecho que ELLOS, es lo que buscan, para resarcirse de su derrota. Dios quiera que me equivoque.
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