Hay en la vida momentos para todo. Según va pasando el tiempo, las aficiones de juventud deben quedarse aparcadas para dedicarse a la familia.
Hace años llenaba todo el tiempo libre que me quedaba después del trabajo, básicamente, en dos aficiones. El deporte y el canto.
En cuanto al deporte se refiere, entre las muchas actividades que he practicado, salir al campo es una de las más gratificantes. El contacto con la naturaleza es alimento para el alma que necesita el hombre de hoy para descongestionarse de la polución física y espiritual del mundo moderno.
Para ahondar más al respecto, recomiendo la lectura de un texto de P. Varela en el siguiente ENLACE.
Desde que nació mi primer hijo, apenas he tenido oportunidad para retomar el contacto con la montaña. Ahora que el chaval tiene siete años y tras alguna que otra prueba, este fin de semana hemos salido al que ha sido su primer gran ascenso a una montaña.
Este domingo hemos subido al Pico Cebollera o "de las tres provincias". Una ruta de ascenso parecida a la que se relata en ESTE ENLACE.
Yo no tenía intención de subir mas allá del momento que mi hijo soltara aquello de "¿Queda mucho?, ¿Cuando llegamos?", pero el muy mamón subió sin pestañear. Fui yo el que le hizo parar para tomar zumo y chocolate. Así que en apenas tres horas y cuarto, hollamos cumbre.
Para el camino de descenso tomamos el cortafuegos de la ladera ESTE, hasta Santo Tomé del Puerto. La dureza la puso el pedregoso terreno, su pronunciado desnivel y más abajo el espeso matorral.
A unos seis o siete kilómetros antes de llegar a destino le empezaron a flaquear las fuerzas, pero la contemplación de la naturaleza le animaba. Por el bosque veíamos pasar los jabalíes y los corzos. Vimos el vertiginoso ataque en descenso picado de un águila que llevaba un buen rato merodeando su presa. Ni rastro de los lobos que dicen han vuelto por esta zona.
Bebimos el agua del manantial del que nace el río Duratón y que sorprendentemente empieza casi en la misma cumbre.
Cuando sentí que mi hijo estaba casi exánime le dije:
"Estas cansado. ¿Eh?. No puedes dar un paso mas. Tienes sed, te duelen hasta las pestañas. Todavía no divisamos nuestra meta. Estará por lo menos tres o cuatro kilómetros más abajo y te flaquean las piernas. Es una sensación de no poder mas. Es una sensación insoportable de agotamiento.
Pues esa sensación...¿Sabes porqué la tienes? .Porque has estado ahí arriba. Los que no han subido, no pueden tener nunca esa sensación."
Me respondió:
"Merece la pena".
Ya tengo compañero para salir al monte. Es "un flecha" de primera.
Un día que quiero compartir con vosotros.
Este verano realizamos una ruta de senderismo toda la familia, en la Espluga de Francolí (Tarragona)
ResponderEliminarEstuvimos más de cuatro horas recorriendo los estrechos senderos de una montaña. Nos perdimos casi al llegar al último tramo, pero nos reímos y disfrutamos mucho de la experiencia.
Mi pequeño de cuatro años aguantó como un campeón, e incluso se ganó los galones con una pequeña "herida de guerra". :))
Una actividad, en verdad, muy recomendable.
Saludos.
Apañó.
Qué grandes sois, y qué fotos tan bonitas.
ResponderEliminarPor mi cuenta siempre he adorado la Naturaleza. "Adorado" literalmente, como a un dios, antes de creer en la fe cristiana (y eso que he crecido en una familia católica, bautizado y eso). Ahora la considero una representación más de Dios. Practico el deporte más "habitual", fútbol, pero si me propusieran ir al campo o la montaña ni me lo pensaba dos veces. Adoro ir a Montserrat, los cerros de Úbeda-Sabiote cuando visito el pueblo de mi familia, Súria, Manresa, Sant Llorenç del Munt, Navarcles...
En fin, que me desvío. Me alegro que lo hayáis pasado bien. Dios con vosotros.
Mis saludos.
Una pena que mi familia jamás fuera de practicar senderismo. Ahora me doy cuenta de que me he perdido muchas cosas.
ResponderEliminarApañó. ¡Qué bueno eso de salir a hacer senderismo TODA LA FAMILIA!
ResponderEliminarHay padres que, intuyendo que eso de salir al campo es bueno "pa los chicos", apuntan a los chicos a campamentos o a clubs, mientras ellos se quedan en el sofá.
La familia que sale al campo unida, permanece unida siempre.
Efectivamente Serk, los que hemos estado cerca del neopaganismo, estamos más cerca de comprender la grandeza del Creador en esta majestuosa expresión suya.
Vikingo. En mi familia tampoco ha habido tradición montañera. El campo está ahí, es gratis, y seguro que tienes cerca un club que hace salidas de todos los niveles. Busca por internét.
No me vengas con eso de "me he perdido muchas cosas". Cualquiera diría que eres un carca. Ja ja.
Empecé a jugar al rugby con 18 años y he jugado hasta los 35.
Empecé a nadar a los 25 y ahora me apunto a las travesías en el mar que puedo. (cortitas. No mas de 6 Km)
Así que, ya sabes Soldado. A menear el culo que eres un chaval.
Saludos.
Sin duda, tendrás un hijo sano en todos los sentidos. Me alegro por los dos.
ResponderEliminarRecuerdo una pateada que nos pegamos mi mujer, mi hija y yo, por tierras de Olot (maravillosas) Ya entonces el pequeño iba dentro del vientre de su madre. ¡joder, pa haber abortao de tanto caminar! :)
ResponderEliminarYo no soy deportista, aunque me gustan algunos deportes como el baloncesto, pero para intentar mantenerme en forma (que en verdad lo necesito)no soy capaz de andar, por andar, por la ciudad, sino que necesito hacerlo por la naturaleza y disfrutando, además, de grata compañía.
Saludos campestres.
Apañó