lunes, 29 de marzo de 2010

LA INVENCIÓN DE ESPAÑA (Y 3)














Vamos a terminar esta visión de lo que he llamado "La invención de España", (Enlace a 1ª parte Enlace a 2ª parte )de la cual hemos hablado ya dos días, y vamos a ver un poco cómo culmina este proceso, que desemboca a fines del siglo XV en la constitución de España como nación, en el sentido pleno de la palabra; y ahora verán Uds. que un poco más que pleno, si se puede decir así.
Fernando el Católico hereda la Corona de Aragón el año 1479; hasta entonces, él no tenía más título que el de rey de Sicilia, que utilizaba. Había sido rey en Castilla, junto con Isabel. Cuando muere su padre y va a tomar posesión de la Corona de Aragón, va naturalmente a Aragón pero vuelve enseguida a Castilla, y es importante señalar que Fernando el Católico pasó en Castilla las 9/10 partes de su vida adulta.
Es decir, lo importante, como hemos visto ya, fue el reinado conjunto de los dos reyes en Castilla.
Es decir, la efectiva unión se hace incluso antes de que Fernando herede la Corona de Aragón; tan pronto como reina en Castilla, que era evidentemente la parte mayor del territorio y de la población. Queda ya realizada la unión de los reinos; está pendiente solamente de la herencia de Fernando el Católico, pero lo decisivo es que reinen juntos. No olviden que Isabel no reina en Aragón: en Aragón no reina más que Fernando. Es decir, el reinado conjunto es en Castilla. Es un detalle más simbólico que otra cosa, pero que tiene bastante importancia. Y entonces comienzan una serie de empresas interiores y exteriores.
Se transforma por lo pronto el estado. Uds. saben -lo dijimos el otro día- que la situación de Castilla y Aragón era lamentable: había desorden, había indisciplina, había una tremenda crisis económica, había una gran desmoralización, en el sentido doble de haber perdido la moralidad y la moral: las dos cosas. Eran dos reinos desmoralizados en una gran proporción.
Eran algo dominado por la ineficacia: las cosas no se hacían, no marchaban; han visto Uds. cómo la Reconquista está prácticamente detenida desde 1350.Se reciben las parias, los tributos del rey de Granada y mas o menos se hace que se hace, pero no se hace gran cosa. Hay un estado general de indisciplina de la nobleza en el reino de Aragón, que está casi en guerra civil durante muchos años.
Es decir, la situación es sumamente lamentable y los Reyes Católicos, tan pronto como empiecen a reinar restablecen la disciplina, el orden y la eficacia.
Es un cambio brusco, un cambio que se produce de una manera sumamente rápida, basta como una recolocación de los hombres de otra manera distinta. Hay un principio, que actúa en el reinado de los Reyes Católicos de una manera constante, que es la selección de los mejores.

Hay un hecho que está en las crónicas y lo recogía con mucho interés Menéndez Pidal: se le cayó a la Reina Católica un papel de la faltriquera, y alguien lo leyó y ponía: "El puesto de pregonero se debe dar a Fulano de Tal, porque tiene mayor voz". El puesto de pregonero se debe dar a quien tenga una voz potente, porque si no no lo oye nadie.
Es decir, la selección de los mejores para cada cosa. Por ejemplo, Fray Hernando de Talavera fue promovido por la Reina, a pesar de que era un hombre sumamente modesto y que no quería ningún cargo ni puesto de relieve, y casi lo forzó a ocupar puestos importantísimos.
Es decir, hay el problema de la selección de los mejores. Menéndez Pidal subrayó en su Introducción a la Historia de España con gran interés este hecho y hablaba de cómo el grangobernante se caracteriza más que por sus talentos personales, por su capacidad de "selección de los mejores. Mientras que hay otros tipos de gobernantes, dominados por lo que
llamaba "invidencia", que más bien hacen una selección negativa, selección al revés, o que eliminan a los que no consideran afectos, sean mayores o menores sus méritos o sus cualidades".

Pues bien, lo decisivo es que en el reinado de los Reyes Católicos se trata de poner a cada hombre en su puesto y de buscar la eficacia. Y esto produce una corrección automática,corrección inmediata en la sociedad, y comienzan a hacerse las cosas: comienza la eficacia. Pero"no solamente es esto "remoralización", sino es la introducción del respeto.
También Menéndez Pidal insistía mucho en que se había perdido el respeto a todo. Isabel, especialmente, era una mujer muy respetuosa, una mujer llena de respeto por las cosas que le parecían estimables, que le parecían valiosas, y esto lo lleva a la corte, lo lleva a las normas de gobierno. Esto implica una actitud de exigencia. Ella misma se exigía a sí misma mucho; lo exige por ej., a sus hijas.
Es interesante la educación que da a las hijas. Cuando se casó su hija Catalina con el principe Arturo de Inglaterra -y luego con Enrique VIII-, cuando la recibió el rey Enrique VII, el padre, habló en inglés, porque no era capaz de hablar latín tan bien como su nuera. La infanta de Castilla hablaba en latín mucho mejor; entonces lo protocolario era hablar en latín, pero Enrique VII no era tan buen latinista como ella y entonces habló en inglés.
Es decir, les había dado una educación humanista con gran nivel de exigencia y lo implantóen su corte y hay un grado de moralización. Pero esto ocurre en las demás cosas, concretamente en el ejército. El primer ejército realmente moderno es el ejército de los Reyes Católicos, con una organización militar muy superior.
De ahí nacen los famosos tercios castellanos y con una proporción incomparable de armas de fuego con el resto de Europa. La potencia de fuego de los tercios españoles era muy grande.

Esto lo estudió muy bien y recuerdo haber traducido hace muchos años un escelente libro de Verner Sombart, "Guerra y Capitalismo", y allí señalaba con muchos datos cómo la proporción de arcabuceros respecto de los piqueros armados con lanzas, era mucho más alta en el ejército nacional español que en los demás ejércitos de Europa, lo cual indica una capacidad combativa muy superior, unido a la disciplina, a una nueva disciplina, a una táctica.
El nombre de Gonzalo de Córdoba es el símbolo de esta renovación militar. Pero ya antes esto se ha puesto en juego en la campaña de Granada. Cuando los Reyes Católicos deciden terminar la famosa conquista pendiente desde el siglo VIII, asocian a la empresa no sólo a Castilla, sino también a Aragón, aunque el peso lo llevó ciertamente Castilla, y como saben Uds. en diez años se termina. Para la época fue un Blitzkrieg, una guerra relámpago.
Se hizo más en diez años que se había hecho en 150 anteriormente, a pesar del terreno pavoroso de Granada y Almería. Imagínense lo que es hacer una guerra con las armas del s. XV en ese territorio, fue algo durísimo. Pero se organizó con una gran disciplina, con una disciplina militar técnica, con las mejores armas disponibles, y con una constancia política insobornable. Y en diez años se termina la Reconquista y los Reyes Católica entran en Granada, el famoso 2 de enero de 1492.
La potencia militar se asegura en un doble sentido: el de conseguir la cooperación delos dos reinos -asociar a una gran empresa a los dos reinos-, y por otra parte, llevar a cabo la organización de lo que iba a ser el gran instrumento del poder, la fuerza militar distinta.

Con esto quedan descartados completamente los pequeños ejércitos de los nobles, que no tienen ya posibilidades. En esto también fue un factor decisivo el costo del armamento con la introducción de las armas de fuego. Las armas han sido siempre proporcionalmente muy caras, pero desde el descubrimiento de las armas de fuego esto se eleva enormemente:pasa a otro orden de magnitud. No sólo era el costo de las armas y la técnica másc ompleja de fabricación -artillería, arcabuces, mosquetes...-, sino que además esas armas valen en tanto que tienen municiones, es decir, consumo. Es decir, una espada o una lanza cuando se rompe, se rompe, pero mientras no se rompe está funcionando, pero las armas de fuego funcionan naturalmente con municiones.

Esto significa un costo tremendo. Luego estas armas se han ido perfeccionando. Actualmente el precio de las armas de fuego y de la munición -no digamos los misiles- es algo absolutamente pavoroso. No hay quien pueda sostener el gasto de diez minutos de guerra más que un estado y en general un estado poderoso.

Por eso yo me pregunto muchas veces esos pequeños estados pobres que hacen guerras enconadas y que duran años y años, ¿qué pasa? Hay que preguntar, ¿quién las paga? Casi nadie se hace las preguntas interesantes.
Esto significa la reconstrucción de la fuerza militar, su nacionalización -ya no hay más ejército que el ejército real, el ejército nacional. Y por otra parte la nobleza, queha perdido esa fuerza militar con la cual dominaba y que hacía a los reyes dependientes: piensen cómo losreyes de Castilla habían estado supeditados a la nobleza, especialmente Juan II y Enrique IV, y ya antes Enrique III; y no digamos la Casa de Aragón.
Ya no es posible: el poder real con la disciplina conseguida, con la forma de estado que se va dibujando, con el poder militar en la mano, es incontrastable. Y los Reyes Católicos se dedican a hacer que la nobleza pierda su potencia, quede subordinada a los intereses superiores de la nación, incluso en los casos de rebeldía, que hubo sobre todo en Galicia, se llevó una campaña contra los nobles díscolos y se destruyeron muchos castillos, especialmente en Galicia.
Es decir, que se trató de que no hubiera más poder que el poder del Estado, el poder real. Esto fue fundamental en la organización. Luego hubo cuestiones secundarias, que también tienden a la reorganización del país. Por ejemplo, la inseguridad en que se vivía . El bandidaje ha sido una enfermedad de casi todos los países durante casi toda la Historia pero era sumamente grave el bandidaje. Por ej., había asaltos, había secuestros, viajar era muy aventurado, como lo ha vuelto a ser muchas veces en la Historia. Piesen Uds enl os secuestradores de Sierra Morena a mediados del siglo pasado, hasta que acabó con ello; Zugasti, gobernador de Córdoba, acompañado del abuelo de Machado, gobernador civil de Sevilla. Entre los dos acabaron con los secuestradores y bandoleros. Pero esto se reprodujo muchas veces y no sé por qué estoy hablando en pretérito.

Pero en tiempo de los Reyes Católicos, se crea la Santa Hermandad, una especie de guardia civil de la epoca, que se encargó de establecer el orden, especialmente en los campos que era lo más vulnerable, y consiguió establecer un nivel de seguridad aceptable para la tranquilidad espiritual de los ciudadanos y además para el funcionamiento del país, para que las comunicaciones se aseguraran, para que el comercio pudiera prosperar... La inseguridad no es algo que solamente tenga efectos psíquicos,sino que tiene efecto de organización y efectos económicos tremendos.

Se organiza por tanto de una manera muy eficaz la Santa Hermandad. Como saben Uds degenera
y se les llamará "cuadrilleros", "ladrones en cuadrilla", no muy recomendables. Eso pasa muchas veces que las fuerzas de seguridad al final son un factor de inseguridad también. Puede ocurrir. Pero durante mucho tiempo aseguraron el que la vida en Espafía fuera mucho más aceptable. Y hay que poner en línea con esto la creación de la Inquisición. Uds. saben que la Inquisición es una institución medieval, que había existido en la Edad Media sobre todo en Aragón. Pero luego se crea esta Inquisición que fue distinta, a la cual pusieron mucha resistencia los Papas, y que los Reyes Católicos tuvieron mucho interés en organizar, porque era no solamente un instrumento de poder -evidentemente tenía una última dependencia real y por consiguiente era un instrumento de poder-, sino que fue además un instrumento de unificación. Los dos reinos mantenían sus instituciones separadas, independientes, sólo en la cima estaban unidos en la persona de los reyes, pero por lo demás las instituciones eran todavía distintas. Pero la Inquisición no: fue una institución, que tenía sus secciones, no sólo en los dos reinos sino dentro de las dos partes, pero tenía una unidad de jurisdicción, y en ese sentido fue un elemento que los reyes aprovecharon para la unificación del país.


No es nada fácil unificar un país. Piensen Uds. que España era una en el sentido en que Europa es una. Tenía unidad, pero no tenía unión. Era menester que se realizara institucionalmente lo que socialmente existía, que era la unidad. Pero era preciso -en un proceso fue fue largo- ir estableciendo la unión efectiva, y por ej ., era necesaria una administración común y toda una serie de normas que debían afectar a la totalidad del territorio nacional si en él iban a ser posibles las comunicaciones, el comercio y muchas cosas más. Esta unificación era necesaria para la vida y la prosperidad económica de los reinos, que se empezó a producir muy rápidamante. Lo mismo Castilla que Aragón pasan en muy poco tiempo de una situación económica precaria, a una situación económica muy superior. Cuando se habla, por ej., del relativo enriquecimiento de España a causa del descubrimiento de las Indias, del oro y la plata de América, esto... hay que hacer muchos descuentos. Pero es evidente que la reconstitución económica de España empieza a producirse antes de la colonización de América. Del mismo modo que cuando se pierde América, cuando se independiza América a comienzos del s. XIX, si fuera verdad lo que se dice que España vivía de lo que sacaba de América, hubiera habido una crisis económica y un empobrecimiento: hubo todo lo contrario. En los últimos años del reinado de Fernando VII se produce un despegue económico, uno de los primeros despegues económicos, en parte por la política de Javier de Burgos, que fue bastante acertada. Pero el hecho es que hay una fase de prosperidad, precisamente cuando se acaban de perder los países americanos. Y algo muy parecido ocurre al final del siglo, cuando España pierde definitivamente todas sus posesiones ultramarinas -Cuba, Puerto Rico y las Islas Filipinas-, inmediatanuante después, a comienzos del s. XX, empieza un renacimiento económico de España y hay una fase de bastante prosperidad.


Conviene por lo tanto revisar y no abandonarse a la inercia de lo que parece plausible. En todo caso, España empieza a tener -repito- una cierta prosperidad económica, en los dos últimos decenios del s. XV. Pero luego hay otro factor. Después de Granada hay una nueva campaña decisiva para la consolidación de la nueva nación y para el establecimiento del poderío español en Europa: fueron las guerras de Italia. Estas, en cambio, eran guerras aragonesas. La conquista de Granada es la culminación del proceso castellano de reconquista, ya con la cooperación aragonesa. En cambio las guerras de Italia son lo contrario. Italia era la expansión aragonesa -Sicilia y Nápoles- y ahí naturalmente el enemigo no eran los italianos: eran los franceses. Hay una ofensiva francesa muy pertinaz para ocupar estos territorios y para someterlos al dominio francés. Una de las razones más fuertes del deseo de unión con Castilla, que tenía la Corona de Aragón, era precisamente la conservación de sus territorios italianos amenazados por Francia y que Aragón solo no hubiera podido defender.

Entonces es cuando hay una larga serie de campañas en las cuales la figura capital es Gonzalo de Córdoba, Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, es decir, un general castellano -cordobés- que es el que lléva la dirección de estas campañas, que terminan con una victoria muy sonada de los tercios castellanos sobre los franceses. Esta nueva cooperación de las fuerzas de los dos reinos, precisamente ahora para el servicio de una empresa aragonesa, es otro vínculo muy fuerte de consolidación de la unión de esos dos reinos, cada uno con sus características, con su personalidad, y que van avanzando hacia la consolidación en una nueva forma de realidad, que es larealidad nacional, que los incluye a los dos. Recuerden Uds. que la incorporación tiene como rasgo característico la conservación de las partes incorporadas, dentro de una unidad superior y distinta.



Pero hay un aspecto que me parece importante tener en cuenta, y es lo siguiente. Cuando se reconquista Granada, cuando deja de haber un reino musulmán en España resulta que España es cristiana: ya toda España es cristiana. Desde comienzos del s. VIII España no había sido sólo cristiana, incluso durante mucho tiempo, la parte mayor de España, lo que se entiende por España cuando no se precisa más: Al Andalus, es decir,la España musulmana con minorías judías muy considerables e importantes, en las dos partes en la España cristiana y en la España musulmana. Pero después de la conquista de Granada, España es cristiana: es un reino cristiano. Y entonces se hace una inferencia: se da por supuesto que los españoles son cristianos: puesto que España es cristiana, los españoles deben ser cristianos. Esto no está tan claro; en la Edad Media no se pensaba así: en la Edad Media justamente en que se definían por su cristianismo, tenían conciencia de no ser todos; había los musulmanes enfrente con los cuales se luchaba, y había judíos, había minorías judías en las dos partes de España. Un medieval tenía conciencia de la pluralidad, de la diversidad. En la Edad Moderna, no; la Edad Moderna empieza a ser racionalista, se empieza a tener un principio de unitarismo y de uniformidad, característico de la época moderna, no de la Edad Media. Entonces se piensa que puesto que España es cristiana, los españoles deben ser cristianos. Y entonces se desliza en las mentes una conciencia más o menos clara, la noción de que el que no es cristiano, en alguna medida es desleal, en alguna medida no es plenamente español, cosa que no hubiera ocurrido antes; esto es enormemente característico. Entonces hay musulmanes -moriscos-, el grueso de la población del reino de Granada y hay judíos, más ahora que antes, puesto que a los judíos muchos que había en Castilla y en Aragón, se añaden los judíos residentes en el Reino de Granada, los judíos que estaban bajo la dominación musulmana. Entonces resulta que hay una minorías considerables de no cristianos. Y esto empieza a parecer un grave inconveniente, con el cual hay que enfrentarse. Esto fue muy grave. Pien sen Uds., por ej., en los Claros vagones de Castilla de Fernando del Pulgar , se señala constantemente el linaje de cada una de las grandes figuras; se dice que es de linaje navarro, de linaje aragonés, castellano, leonés..., pero igualmente se dice de linaje judío. Con la mayor naturalidad se señala el linaje judío de las grandes figuras de la época. Todavía en Fernnndo del Pulgar esto es completamente visible. Hay un fuerte cambio, por el cual va a empezar a parecer que la condición de no-cristiano es una disidencia, no simplemente religiosa -esto lo hubiera pensado también cualquier medieval-, sino nacional. En cierto modo, no ser criatiano parece como una mengua de la condición española, y una cierta dificultad: es un estorbo. Se acomete, después de la conquista de Granada, la conversión de los moriscos. Esto, en principio, es normal. Un cristiano tiene la convicción -atenuada en esta época- de que ha de convertir al infiel. El cristiano piensa que debe convertir a los que no son cristianos.


Y esto se empieza a hacer y lo dirige Fray Hernando de Talavera, pero naturalmente se trata de convencer a los moriscos, de persuadirlos, de mostrarles la religión cristiana y conseguir su adhesión, conseguir su conversión. Lo que pasa es que la cosa no va tan deprisa como se quiere. Resulta que los moriscos se convertían o no, se convertían despacio. Hubo una enorme cantidad de conversiones de judíos en el siglo XV; San Vicente Ferrer fue uno de los grandes predicadores que atrajeron a un número muy alto de judíos a la conversión. Pero el Espíritu sopla donde quiere, y eso un cristiano debe saberlo bien, y por tanto la gente se convierte o no, y se convierte al ritmo que Dios quiere. Pero esto no parecía suficiente, y por ejemplo el Cardenal Cisneros, que era un gran hombre, una enorme figura de la Historia de España, era un impaciente.
Y entonces empieza a pensar que las conversiones van muy despacio: que hay que acelerarlas, hay que estimularlas. Y naturalmente esto quiere decir: emplear violencia; una u otra violencia, diferentes tipos de violencia. Y ahí es donde la cuestión se convierte en algo grave y se produce un descontento que va a dar lugar a las rebeliones de moriscos -varias rebeliones-, hasta el tiempo de Felipe II, porque se quiere obligar a la gente a lo que no se puede obligar. Hay un principio que a mí me parece muy claro, pero que en la Historia no ha solido parecerlo, que es que no se debe exigir lo que no se puede pedir. Pero entonces esto no estaba claro, y empieza este tipo de presión.


Encontré hace unos años textos muy reveladores: ¿Es que se trataba de convertir a la religión cristiana? En principio, sí. Pero había algo más: Se trataba de convertir a los usos de los cristianos, la mayor parte de los cuales no tenían nada que ver con la religión como es natural. Eran los usos de los castellanos, de los aragoneses o de los navarros... Eran usos sociales. Por ejemplo, entre los moriscos es constante, y hay quejas muy amargas y muy conmovedoras. Por ejemplo; se trata de que vistan de un cierto modo: de que no se vistan a la usanza morisca. ¿Qué tendrá que ver el modo de vestir? Entonces quieren obligar a los moriscos a vestirse a la usanza cristiana. Claro, no hay usanza cristiana. el cristianismo no tiene nada que ver con la manera de vestirse. Ellos se quejan amargamente de que no tienen dinero para comprarse nuevos vestidos, porque no pueden vender los suyos, porque como no se pueden usar, no se pueden vender: nadie los compra. O por ejemplo, el uso del baño. Los moriscos, por lo menos en ciertos niveles se bañaban, y esto no estaba muy bien visto; parecía más bien impío y les llevaban la contraria. Hay un libro muy interesante de Andrés Bernáldez, el cura de los Palacios, que era un tipo nada tonto, sumamente agudo pero bastante bruto. Era un anti-judío formidable y dice cosas intersantes. Habla con gran hostilidad de los judíos, pero insiste enormemente en cómo comen que estos malditos judíos -y los moriscos era algo parecido- se dedican a comer manjarejos con aceite y cebolla y ajo, algo que huele horriblemente mal: no hay quien lo soporte. ¿Y esto qué diablos tiene que ver con el cristianismo? Uds. saben que se ha armado un lio tremendo con lo del cerdo, el tocino. Américo Castro ha insistido en ello demasiado. El hecho es que los judios en gran parte y los moriscos, son gente mediterránea, son de la España del aceite de oliva. Pero claro, la mayor parte de la España cristiana, sobre todo hasta el siglo XIII, ha sido parte en que había muy pocos olivos. La grasa fundamental de las tierrras del norte era el tocino, es decir, el cerdo era uno de los elementos principales y la grasa fundamental era la grasa de cerdo, el tocino. Y evidentemente, los judíos y en general los mediterráneos estamos acostumbrados a guisar con aceite. Todavía hay ahora la Europa de la mantequilla y la Europa del aceite; franceses, alemanes, belgas, no pueden soportar el aceite: a nosotros nos estomaga un poco mas bien la manteca.

Estas divisiones, que son históricas, geográficas, culturales, no tienen nada que ver con la religión, como es natural. Es decir, esto de los "manjarejos", que le pone en ese grado de exasperación al cura de los Palacios, es un uso culinario, ligado a la condición geográfica, a la agricultura del país: no tiene nada que ver con la religión.

Pero entonces no se distinguen las cosas. Es decir, se pretende que vivan como los stianos, y por tanto que se vistan como se vestían en Galicia o como se vestían en Burgos, y que coman lo que se comía en estos lugares. Y entonces hay una resistencia tremenda, porque la gente se resiste sobre todo a cambiar los usos. ¿Ud. quiere que yo crea en el Espíritu Santo? Pues no tengo inconveniente, pero si quiere Ud. que coma tocino, no, porque no me gusta, porque estoy acostumbrado a guisar con aceite toda mi vida.

Esto no se ha señalado, pero me parece capital, y probablemente las resistencias vienen de ahí. Creo que la mayor parte de ellas no eran teológicas ni religiosas: eran de la conversión a los usos. Es decir, cuando un pueblo se siente incómodo porque desde fuera se alteran sus usos, acaba por rebelarse. Y hubo una cantidad enorme de equívocos. Cuando se hablaba, por ej., de los judios conversos; cuando recaían, eran los relapsos, que recaían en el judaismo...¿En qué recaían? ¿Recaían en no admitir la Trinidad , o en no admitir el tocino?. ¡Yo qué sé. A lo mejor las dos cosas, confusamente, porque la mente humana es confusa. La Historia no es nada clara; los historiadores deben esforzarse por aclararla, por llevar claridad adonde espontáneamente no la hay. Pero por lo menos ya es un grado de claridad el ver la oscuridad; el ver la confusión es el primer grado de claridad: Yo veo claramente que las cosas no están claras. Del mismo modo que cuando uno abre los ojos a la tiniebla, no es que no vea: hay un acto de visión; no es que no vea nada: es que veo que no se ve.Cosa completamente distinta.

Pues bien, esta confusión existe y creo que sería muy importante que los historiadores con una investigación precisa y minuciosa, trataran de delimitar dónde están las diferentes esferas: lo que es puramente religioso, lo que es político, lo que es un problema de poder, o económico, y lo que considero más grave, que es la perturbación de los usos, la introducción de la incomodidad, el malestar en una forma de vida.

Uds. piensen, por ej., en cualquier tipo de legislación; la gente acepta legislaciones que no le convienen,que no le gustan, mientras lo dejan vivir con cierta naturalidad. Por ejemplo, los impuestos. Evidentemente es desagradable, y sin embargo la gente con una extraña docilidad lo acepta y lo soporta y deja que le saquen hasta la última peseta, con tal de que con las pocas que le dejan, lo dejen vivir a su aire, más o menos como le gusta o como quiere hacerlo o como tiene costumbre. Pero que un Estado se ponga a manipular los usos de una sociedad, se ponga a. intervenir en cómo la gente debe vivir, la gente se encrespa, se irrita, y hará cualquir cosa. (*)
*Menos mal que el bueno de Julián Marías no ha visto el abyecto pueblo español de 2010.

Pues bien esto creo que es fundamental para entender este problema, que es delicadísimo y que tuvo una repercusión enorme en la vida posterior de España. Hay el problema de los estatutos de limpieza de sangre, el problema de los cristianos nuevos y de los cristianos viejos, etc.

Sobre esto quiero decir una palabra, y es que el concepto de "cristiano nuevo" o "cristiano viejo", es un concepto puramente sociológico y no religioso. Porque cristianos viejos no hay. Nadie es cristiano hasta que recibe el bautismo. De modo que todos los cristianos son nuevos. Cuarenta generaciones de cristianos no me hacen cristiano. De modo que es un problema puramente sociológico, no religioso: religiosamente es un disparate.

Pero por otra parte, creo que cuando se ha hablado de cristianos nuevos, de la situación de los cristianos nuevos en España, creo que se comete un tremendo error al no darse cuenta de que cambia totalmente de función este concepto desde esta época que estamos hablando de fines del s. XV, comienzos del XVI, a luego más tarde, fines del XVI, comienzos del XVII. Porque primero, el que es cristiano nuevo o el que es converso o hijo de conversos, lo sabe muy bien, y tiene temor, desconfianza, recelo por esa condición suya que lo hace ser en cierta medida disidente o considerado como tal, aunque sea tal vez cristiano con absoluta sinceridad. ¿Pero qué pasa después? Después lo que pasa es que nadie lo sabe. Precisamente la gente tiene la desconfianza de que puedan descubrir que tiene una abuela judía o morisca, porque no lo sabe, pero se puede encontrar con ello. Y como tiene consecuencias sociales, como resulta que para ciertos puestos, por ejemplo para las Ordenes militares, para tener ciertos méritos, hace falta un estatuto de limpieza de sangre, hace falta no tener antepasados judios o moriscos, nadie se siente tranquilo porque, ¿y si resulta que mi tatarabuela era morisca? Y es una cosa que perturba enormemente.


Y esto es lo que pasa con los cristianos nuevos desde la segunda parte del siglo XVI. Mientras que al principio sí actúa de esa manera, pero es una manera casi inversa: la inquietud procede en un caso, de saber que se es cristiano nuevo, en el otro caso de no saberse y de ser posible,porque había una enorme cantidad de gente que tenían algunos antepasados que eran judíos o moriscos.

Claro está que lo que ocurre es que las conversiones forzadas -más o menos forzadasno son sinceras. Mientras que las conversiones conseguidas por la persuasión o por el ejemplo o por el contagio social, eran sinceras, y esto ocurre por ejemplo con las que ocurren en el siglo XV, las de San Vicente Ferrer, entre otras, las otras ya no lo son.
Sin embargo, hay una actitud cínica que la representa muy claramente el cura de los Palacios, Bernáldez, que dice: "tal vez ellos no serán cristianos, pero sus hijos o sus nietos o sus bisnietos, lo serán". Claro que sí: es verdad. Y los hijos de los conversos o los nietos en todo caso, eran tan cristianos como los demás españoles, por lo menos. Ahora, los conversos originales, cuando había mediado una violencia más o menos grande, o por ejemplo la amenaza de expulsión, que fue algo gravísimo, cuando se da a elegir a los judios entre bautizarse o emigrar, ¿quién se puede fiar de esa conversión? Evidentemente nadie. Los hijos y los nietos, sí, pero ellos no.

Ahora, a Bernáldez esto no le importa nada. Actitud que se puede aceptar políticamente, pero que es profundamente anticristiana: es repugnante a los ojos de un cristiano. Sin embargo, esto se acepta y esto circula y es un factor esencial en la época que estamos estudiando.

Pero es importante el ver cuál es el proceso de génesis de esa forma nueva de sociedad y de Estado que llamamos la nación . Repito que no había habido naciones en la Edad Media, ninguna. Es decir, la Reconquista había sido una empresa típicamente nedieval, una empresa cristiana, no específicamente castellana, ni aragonesa, ni portuguesa. Era una empresa cristiana: era una empresa que distinguía el, ser cristiano -y por esto se invocaba a. Santiago, por ejemplo-, pero no es especialmente castellana o aragonesa, o navarra..., entre otras razones porque no existían todavía consolidadamente estos reinos. Pero la diferencia fundamental es que Castilla no la da por terminada; mientras los otros reinos que se conciben a sí mismos de un modo territorial, una vez que el territorio ha quedado en manos de los cristianos y no hay ya musulmanes (quedan los mudejares, pero sometidos a la autoridad real), dan por terminada la Reconquista. Castilla, no, y de ahí viene precisamente su superioridad histórica.

Entonces la empresa de la Reconquista se prolonga en nueva forma: va a ser otra cosa, va a tener otra significación. Piensen que el año 1474, si aplican Uds. un esquema de generaciones, en la medida en que en esta época se puede aplicar con rigor, creo que la generación en el poder era la generación que yo llamaría de 1421 (siempre hablo de fechas de nacimiento centrales), es decir, la de Enrique IV, la de Torquemada, la de Juana Enriquez (la madre de Fernando el Católico), la de Alfonso Fernández de Palencia, cronista de los reyes, Fray Hernando de Talavera, figura capital del reinado, confesor de Isabel la Católica, Pedro González de Mendoza, el Gran Cardenal de España.
Estas son las figuras que están plenamente en el poder en 1474, cuando se inicia el proceso de formación nacional. Y hay una generación que llamaremos "ascendente", la generación que va avanzando hacia el poder, que lo alcanzará quince años después aproximadamente.
Es la generación en torno a 1436, que va a imponer muy pronto sus formas y sus principios, que es la de Fernando del Pulgar, por ejemplo, la del propio Cardenal Cisneros y en otro campo, Jorge Manrique. Ahora bien, el año 81, en 1481, que es cuando.realmente se consolida el nuevo reinado, cuando están ya asentados de una manera eficaz los Reyes Católicos, ya después de la herencia aragonesa, esta generación que acabo de nombrar es la dominante, es la que está plenamente en el poder.
Y hay una ascendente, que va a dar la tónica ya del reinado pleno de los Reyes Católicos, empezando por ellos mismos, Isabel y Fernando: Nebrija, Gonzalo de Córdoba, y casi seguramente, la fecha de nacimiento no es plenamente segura, pero casi seguramente, Colón. No es mala generación, por cierto.
Y entonces, a medida que se va organizando esa unidad social y esa forma política y militar, y esa homogeneidad de estructuras, se difunde la lengua castellana. Se difunde por la gran mayoría de los españoles, por la mayor parte de los territorios españoles. Es el paso del castellano al español. Aragón había sido siempre bilingüe. En Aragón se había hablado siempre aragonés que desde muy pronto, ya desde el s. XIII es casi indiscernible del castellano. A partir del siglo XIII habrá aragonesismos, como hay leonesismos en el castellano de León, pero no existen como tales dialectos
Pero había el catalán que se hablaba en Cataluña, el aragonés que se hablaba en Aragón, y hay luego el problema de Valencia, Mallorca, Menorca. Es una cuestión tremendamente batallona actualmente, y la gente no se entiende porque nadie quiere decir la verdad. Hay unos que dicen que la lengua es el catalán y el valenciano es un dialecto del catalan.Y otros dicen que el valenciano es una lengua independiente, que qué va a tener nada que ver con el catalán. Creo que las dos cosas son falsas.



Que el valenciano no tenga nada que ver con el catalán es simplemente una locura, porque basta con ver los textos para ver que la semejanza es enorme y que no se puede considerar que son dos lenguas propiamente hablando. Pero decir que el valenciano es un dialecto del catalán, tampoco es verdad. Es un dialecto, pero ¿"del catalán"?. No. El catalán son dos dialectos, el catalán occidental y el catalán oriental. Y el valenciano es otro. Y el mallorquín es otro. Y si quieren Uds. el menorquín otro. De una misma lengua. Como había los cuatro dialectos griegos, pero no era dialectos uno "de otro", no eran dialectos del ático o del jónico.

No. Antes se llamaba lemosín, y la palabra arreglaba, porque se suponía que la cosa provenía de Limoges. Esto no es verdad y los filólogos no lo admiten. Entonces la cosa estaba clara, se llamaban las lenguas lemosinas, y esto lo ha dicho todo el mundo durante el siglo XVIII y XIX.

Bueno, evitemos la palabra "lemosín", pero hace falta otra. Es decir, de esa lengua, llamémosla "hache", son dialectos los dos dialectos principales el catalán y el valenciano y el mallorquín y el menorquín. Son variantes de una lengua, pero no por relaciones de subordinación.

Pero en todo caso, en la Corona de Aragón se convivió siempre los que hablaban castellano, los que hablaban catalán o valenciano. Como saben, la literatura en Cataluña cesa casi enteramente hacia 1400, y hay todavía medio siglo de gran florecimiento literario en Valencia, hasta 1450, en que también decae la literatura en Valencia.

Y se escribe más en castellano, y cada vez más. No recuerdo si dije que el primer libro impreso
en Valencia, las "Troves en loors de la Virgen Maria", en 1474, hay poemas en castellano ya de autores valencianos, que escribían espontáneamente en castellano.

Y antes había habido la presencia del provenzal en la poesía: los poetas catalanes escriben en provenzal durante mucho tiempo, porque era la lengua poéticamente más estimada y valiosa. Por una razón parecida Alfonso el Sabio escribe las Cantigas en gallego

Pues bien, ya el castellano se va difundiendo por la mayor parte de España y hay protestas en Aragón de que se llame''castellano" a esta lengua. Piensan que por qué castellano. si esta es la lengua también suya, y han contribuido los demás también a formarla. Y hay protestas muy claras. O piensen Uds. por ejemplo en que Covarrubias, "El tesoro de la lengua castellana o española", en el mismo título se emplean como sinónimos, es de 1611, y ahí, en el título mismo, aparecen las dos formas como equivalentes, como sinónimos.

Y el año 1492, el mismo año del Descubrimiento de América, antes que Colón zarpara, se publica la Gramática castellana de Nebrija, que es la, primera gramática de una lengua viva que se ha hecho. Cuando va a presentarla a la Reina Isabel y ella le pregunta que para qué ha hecho esa gramática, porque se tienen gramáticas del griego o del latín, para aprender las lenguas clásicas, pero se suponía que la lengua se aprendía hablando y escuchando. Y como le pregunta que para qué, el obispo de Ávila le quita la palabra a Nebrija y le dice que la lengua es compañera del Imperio -la famosa frase- y que será para que aprendan castellano los futuros subditos de los Reyes Católicos, cuando se descubran las Indias, para las cuales -repito- todavía no había zarpado Colón.

Pero la conciencia de unidad de España y de comunidad de la lengua la tiene Nebrija de una manera fortísima. Hay un texto de Nebrija que es muy interesante, en que dice: "Los miembros y pedazos de España que estaban por muchas partes derramados, se redujeron y ayuntaron en un cuerpo y unidad de reino, la forma y trabazón del cual así está ordenada, que muchos siglos, injurias y tiempos no la podrán romper ni desatar".

Esto escribe a fines del siglo XV Nebrija. Es decir, nace en este momento una nueva manera de sentirse, una nueva manera de sociedad, un nuevo sentido del "nosotros". Nosotros quiere decir, "nosotros los españoles". Es el nacimiento de la nación. No es "nosotros los castellanos", no es "nosotros los aragoneses", ni "nosotros los castellanos viejos", ni "nosotros los andaluces", ni "nosotros los catalanes" ... No, no. Es un "nosotros" superior, que engloba a todos ellos.

Fíjense en la frase: "Los miembros y pedazos de España que estaban por muchas partes derramados..." Es decir, España aparece como una unidad previa, sus miembros y pedazos estaban derramados. Es la idea de la "España perdida" de que les hablaba yo al comienzo de estas lecciones.

Pero hay algo que es más interesante todavía; con ello quiero terminar. Y es que España asi desde el primer momento, casi desde su nacimiento como nación, fue una extraña nación distinta de las que se estaban gestando, de las que iban a existir el siglo siguiente en Europa. Fue una nación abierta, no cerrada. No una nación intraeuropea, no una nación interior a Europa, sino una nación transeuropea. Es decir, tan pronto como España fue nación fue más que nación. Es casi simultáneo.

No olviden que ya en el reinado de los Reyes Católicos se conquista de un modo definitivo el archipiélago canario, que había sido ocupado anteriormente, pero cuando realmente se incorpora a la Corona es en tiempo de los Reyes Católicos. Hace 4 0 5 años se celebró el quinto centenario de Las Palmas. Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad española desde hace más de medio milenio.

Este es el comienzo del carácter transeuropeo de España. Geográficamente, las Islas Canarias son unas islas africanas: históricamente no, pero geográficamente, sí. Y están muy lejos, sobre todo en las condiciones del s. XV.

Es decir, eso que se llama España, y que va a ser el conjunto de las fronteras, lo que llamamos las fronteras de la Península, las islas Baleares y las Canarias también (salvo Portugal), inmediatamente va a ser insuficiente; están los franceses del Franco Condado y de otros lugares y los italianos de Nápoles y de Sivilia, y los flamencos, y luego los hombres de Nueva España, del nuevo Reino de Granada, del Perú, del Rio de la Plata... Es decir, españoles de las Españas.

Muchas veces he pensado delante del cuadro de Las Lanzas, que si alguien pregunta quién es este señor tan elegante que está recibiendo las llaves de Justino de Nassau, Ambrosio de Spinola; Spinola, un apellido italiano. ¿Era un italiano al servicio de España? No, era un español de Genova, cosa bien distinta. El marqués de los Balbases: vean su magnífico palacio en el Viso del Marqués; era Marqués del Viso: un palacio genovés entre la Mancha y Andalucía,. Era un noble español de Genova.
Piesen Uds. que la titulación enumerativa de los reyes (hasta Carlos IV se mantiene): "Rey de Castilla y de León, de Aragón (van alternando los títulos), señor de Vizcaya...

Y todavía tiene un eco esa titulación enumerativa en la Constitución de Cádiz de 1812. Se dice: "España es el conjunto de los españoles de ambos hemisferios", y luego enumera, en Europa tal, tal, tal, en América, tal y tal y tal... Yo he recordado ese texto desconocido, que es la Introducción que puso Felipe IV a su traducción de la Historia de Italia de Guicciardini.
Se tomó la molestia de traducir dos mil páginas, para que primero se imprimieran
a fin del siglo pasado y después no lo haya leído nadie. En que habla -dice- "Estos reinos y esos reinos", hablando de los demás de Europa y de América. Y habla de que España es "parte menor de la Monarquía".
Esta fue la gran innovación. Esta es la gran innovación; es la invención de España como supernación, como pluscuamnación, es decir, como nación transeuropea. No es una nación intraeuropea, es una nación transeuropea: esa es la forma de ser nación que tuvo España.
Dirán Uds., ¿entonces es menos europea que las demás? No, yo creo justo lo contrario, porque es que Europa, en su conjunto, es transeuropea también. Europa ha consistido, cuando se hizo Europa, en entusiasmarse por lo demás y en ir a todas partes, en extravasarse de sí misma.
Justamente España, desde su origen nacional, es fiel a esa vocación transeuropea. Es decir, igual que Castilla en la Edad Media, España como nación no es un territorio es una actitud, es un proyecto.


Muchas gracias.

2 comentarios:

  1. Mucha educación para la ciudadanía, mapas "clitorianos" y demás memeces, pero no estaría de más que nuestros niños conocieran algo de nuestra historia. Más que nada para que también pudieran reconocerse a sí mismos como lo que realmente son: ESPAÑOLES.

    Saludos y ¡Arriba España!

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  2. ¡Ay apañó! ¡Cuanta verdad dices!
    Mil gracias por venir a leer estos textos de D. Julián a los que tanta estima tengo. No en vano son palabras a tener mas en cuenta que con las que inoculan a nuestros hijos.
    ¡Arriba España!

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Rafa España YA NO publicará todos los comentarios.
Así que ten cuidado con lo que escribes, me reservo el derecho a dejarlo expuesto para escarnio.